Después de las lluvias, en general, la situación de los cultivos en Tucumán cambiaron para bien, pero de diferente manera debido a que las lluvias llegaron tarde, y en muchos casos muy tarde y, además, dependió de cómo se encontraba el cultivo al momento de registrarse las lluvias.
Por ello, la situación hoy es muy variable, pero con cultivos mejorando a medida que pasa el tiempo, resumió el presidente de la Sociedad Rural de Tucumán (SRT), Sebastián Robles Terán.
Es por ello que, desde nuestra institución, vemos que “la situación es, en general, buena desde el centro hacia el Norte y Noreste, y “muy distinta hacia el Sur de la provincia, donde las lluvias llegaron demasiado tarde como para que la situación mejore de manera exponencial”, explicó.
Hacia el Norte, en general, las lluvias se dieron con cultivos de granos ya implantados, con un buen stand de plantas y creciendo, por lo que “las lluvias de febrero ayudaron a que su crecimiento aumente”, y hoy, los cultivos están bien y con buenos pronósticos de cosecha, tanto en soja, como en maíz y en poroto.
En esta zona, los productores pudieron sembrar y llegaron a febrero con los cultivos nacidos y en más o menos buenas condiciones. Igualmente, aquí las siembras también llegaron un poco tarde.
En el Sur, la situación es muy diferente, ya que “la falta total de lluvias adecuadas al momento de la siembra, hizo que los productores poco o nada pudieran cumplir con los planes de siembra”.
En este caso, “la mayoría llegó a sembrar solo entre un 60% y un 70 % de lo estimado de manera muy tarde e irregular, ya que había poca agua en los perfiles y las tierras que quedaron vacías lograron, luego de las lluvias de febrero, sembrar poroto, pero también tardíamente”, comentó Robles Terán. Realmente, “la situación en el Sur, sobre todo en el departamento La Cocha, viene complicada y, sin dudas, los rendimientos que se pudieran lograr serán magros para la mayoría”. Si hablamos de “soja, se está calculando que probablemente los rendimientos promedios sean de unos 1.500 kilos por hectárea”, pero son valores estimativos.
Sin duda que hay situaciones que escapan a estos valores y se ven lotes en mejores condiciones. Sólo “se espera que llueva de nuevo, para lograr que el cultivo siga avanzando y se pueda mejorar un poco la situación”.
En el caso del Norte y Noreste provincial, la situación en soja mejora mucho, ya que los técnicos en general estiman que los rendimientos en la oleaginosa podrán superar los 2.000 a 2.500 kilos por hectárea, siempre y cuando se mantengan las condiciones climáticas (más lluvias) y el cultivo pueda seguir avanzando si dificultades.
Sin dudas que “la provincia, en general, fue afectada con la tardanza de la llegada de las lluvias”, lo que “afectó la siembra y no se pudo sembrar en tiempo y forma”, por lo que -se estima- “los rendimientos no serán los que se obtuvieron años anteriores”, cuando las lluvias se dieron como correspondía.
Debemos acordarnos que “en la provincia hubo rendimientos, promedios, de hasta 3.000 kilos/hectárea en años llovedores”, indicó Robles Terán.
Expectativas con maíz
En el caso de los ‘maíces’, en general, podemos decir que “si se dan buenas condiciones climáticas para el cultivo, se pueden lograr muy buenos rendimientos en el Norte y Noreste tucumano, y en el Sur se darán rendimientos menores”, por lo ya expuesto.
En el caso del ‘poroto’, el tema pasa por que “no se den heladas tempranas y que los cultivos puedan completar todas sus etapas de crecimiento y desarrollo”, para poder lograr rendimientos aceptables.
Hoy, los cultivos ded granos no terminaron y la presencia de plagas y enfermedades es una constante, por lo que el productor se encuentra realizando aplicaciones para evitar que el cultivo se dañe y afecte su rendimiento final.
Citrus y cañaverales
Con respeto a los ‘cítricos’, la situación que tienen los citricultores es difícil, ya que “las heladas que se dieron en julio del año pasado ya hicieron sus daños y afectaron el futuro de la cosecha que se viene”, por lo que ya tienen una declaración de emergencia.
En ‘caña de azúcar’, se ve el diferente comportamiento de las plantaciones según la forma en que llovió y cuál era el tipo de suelo en el que se encontraba implantado el cañaveral.
Sin duda que “se ve un cierto retraso en el crecimiento del cultivo. En zonas marginales, los cañaverales están mal, y en muchos casos abandonados”, señaló.